Que la cerveza es una bebida mundial es de sobra conocido, en casi todos los países del planeta Tierra se elabora y se consume esta fantástica bebida, alguno de estos países mantienen una gran tradición ancestral y otros son un poco más novatos, quizás no tanto en su consumo sino más bien en su elaboración y sobretodo en este gran resurgimiento mundial de la denominada cerveza artesanal y de calidad. Durante muchos años el mercado cervecero ha estado, y está, copado y dominado por las grandes industrias que lejos de preocuparse por la mejora e innovación de su producto han centrado sus esfuerzos en ganar cuota de mercado a sus competidores a base de descuidar el producto y obsesionarse más por los números.

Entre alguno de estos países y mercados se encuentra México, un país asociado cerveceramente a cervezas como la Corona, Tecate, Sol, Dos equis o la Modelo. Estas cervezas pertenecen a los dos mayores grupos cerveceros mexicanos, que son Cuauhtemoc Moctezuma y Grupo Modelo, ambos ahora en manos del gigante Heineken y el todopoderoso AB-InBev respectivamente, este último el grupo belga-brasileño considerado el mayor grupo cervecero a nivel mundial con una cuota de mercado de un 25-30%.

A pesar de todo esto en México también se ha instalado la calidad y el concepto artesanal desde hace ya unos años, de hecho es uno de los sectores emergentes y con grandes posibilidades de expansión, tanto a nivel local como internacional, del país azteca. La industria cervecera artesanal mexicana se enfrenta a diversos retos fiscales y empresariales como altos costes de producción, acceso a materias primas, ausencia de una regulación pertinente y la competencia directa de las grandes empresas cerveceras; todos estos desafíos se combinan con el enorme reto de lograr que mejore la cultura del consumo de cerveza entre su población.

Según estudios recientes la cerveza mexicana tiene presencia en más de 180 países a nivel mundial y los principales destinos de la cerveza nacional son Estados Unidos, Australia, Chile, Canadá, Reino Unido y Brasil. En términos simples una de cada cinco cervezas exportadas en el mundo fue producida en México. En lo que a producción mundial de cerveza se refiere, México ocupa el cuarto lugar por detrás de China, Estados Unidos y Brasil, pero superando a Alemania y a Rusia.

Como industria local, genera 55.000 empleos directos y alrededor de 2.5 millones de empleos indirectos. La cerveza domina el mercado de las bebidas alcohólicas y representa el 80% de las ventas totales de este sector y se tienen registrados un millón de puntos de venta de este producto a lo largo y ancho del territorio nacional.

Según una encuesta realizada por la gran consultora mundial Deloitte, en la mente de los consumidores el producto con alcohol favorito de los mexicanos es la cerveza industrial (53% de preferencia), seguida por la cerveza artesanal (14%) y el tequila (10%), desde luego todo un gran logro para la cerveza artesanal.

Este sector emergente aún encuentra un poco de resistencia por parte del consumidor mexicano. Los consumidores de cerveza artesanal están dispuestos a probar la cantidad de matices, densidades, sabores y aromas que permite múltiples combinaciones e interpretaciones que contribuyen a que los consumidores disfruten de un buen maridaje y la experiencia que ello conlleva y al mismo tiempo están dispuestos a pagar un precio mucho mayor que el de una cerveza industrial. Según la encuesta de Deloitte, los que no están dispuestos a asumir el precio más elevado de una cerveza artesanal, entienden las diferencias de calidad pero no consideran que puedan justificar el precio. Esto sin duda también es consecuencia de la falta de conocimiento del producto y de una mayor culturización por parte del consumidor.

Creo que muchos de estos datos se podrían equiparar a otros países como por ejemplo España, donde sería muy interesante realizar un estudio tan profundo y conciso sobre el consumo general de la cerveza, tanto artesanal como industrial.

Una de las grandes preocupaciones de los cerveceros artesanales es la desproporcionada carga fiscal que se rige sobre la cerveza, ya que en Estados Unidos las cervezas industriales pagan más impuestos que las artesanales, mientras que en México la cerveza industrial paga entre 3 y 4 veces menos impuestos que las artesanales. Esto viene también forzado por la falta de una regulación oficial del sector. Para solucionar este problema, se necesita constituir un consejo regulador que defina las reglas y características de las cervezas artesanales, para que se vigile la calidad y que las empresas operen bajo los confines de la ley.

No es por nada pero todo esto que está pasando en el panorama actual mexicano es algo que aquí también nos toca y que debería servirnos para que el sector se ponga las pilas y comience a aunar esfuerzos.

Consumir cerveza artesanal, o chela como coloquialmente se la llama en México, es una experiencia para los consumidores, sin embargo requiere de un trabajo continuo, sobre todo para afrontar la férrea competencia en el sector. Actualmente las dos grandes cerveceras mexicanas ocupan más del 99% del mercado mexicano, según las cifras de Deloitte.

Y esto también es equiparable al mercado español, donde el consumo de cerveza artesana no llega al 2%, imaginen por un momento el inmenso potencial y amplio mercado que hay por delante.

Según uno de los últimos estudios realizados en 2015 el mercado de cerveza artesanal internacional estaba valorado en 85.000 millones de dólares, pero el potencial del sector para el 2025 está estimado en 502.900 millones de dólares, según el mismo estudio. El 65% de la producción mundial se concentra en países como Australia, Bélgica, Alemania, Estados Unidos y Nueva Zelanda. Según el estudio existen en el mundo 10.000 cerveceras artesanales, el 86% de ellas se concentra en Estados Unidos y Europa.

Los comienzos de la cerveza artesana en México

Durante la última década del siglo pasado, en México se iniciaron los esfuerzos necesarios por incluir las cervezas artesanales en la oferta de este mercado, pero no fue hasta el 2011 cuando empezó a notarse un crecimiento sostenido, con lo que México también se colocó como uno de los principales exportadores de cerveza artesanal del mundo.

La primera micro-cervecería de México y Latinoamérica nace en los años 90 en Mazatlán bajo el nombre de Pepe’s & Joe, años después comienzan a surgir otras importantes cervecerías como San Ángel en 1998 (cierra en 2001), Beer Factory en 1997, Cosaco en 2000, Tijuana Beer Company en el 2000, Minerva en 2002, Cucapáen 2002, Jack en 2006, Primus en 2007, Baja Brewing en 2007, Calavera en 2008,  Ramuri en 2010, La Chingoneria en 2011 y Cerveza Allende en el 2015, entre otras.

Actualmente los estados más importantes en producción de cerveza artesanal son Baja California,  Baja California Sur, Distrito Federal y Jalisco.

La estrategia en México de ligar este producto al mercado Gourmet está funcionando, pero conlleva un compromiso ineludible con la calidad, la preparación, la innovación, de manera que siga aumentado la cultura del consumo de cerveza, que incluye el que los consumidores se involucren activamente en el proceso de la fabricación, así como en el consumo vinculado a la gastronomía.

Sea como fuere el consumo de cerveza artesanal y de calidad está creciendo a nivel mundial, México y España inclusive, y también es evidente que tanto en México como en España aún queda mucho por recorrer, mucho por aprender y mucho por disfrutar.

Cerveza Allende, pasión y arraigo local

De entre las cervecerías artesanales antes mencionadas se encuentra la cervecería Allende, situada en la localidad de San Miguel de Allende, en el altiplano central de México. Una empresa 100% mexicana que nace con el objetivo de crear cervezas artesanales de alta calidad, apegadas a las técnicas tradicionales que manifiestan un sólido compromiso y amor por su país, con un fuerte sentido de honestidad y responsabilidad a la hora de reflejar su cultura en cada una de las botellas que elaboran.

En Cervecería Allende, ofrecen un producto sofisticado, inusual, creativo, que refleja la pasión que sienten por su ciudad. Sus colores, su arquitectura, una cerveza que sabe a San Miguel.

San Miguel de Allende es un pueblo mágico y uno de los destinos turísticos más importantes de México. La conexión que mantienen con la ciudad va más allá de un nombre, se trata de un compromiso sincero hacia la comunidad y sus recursos. Con sus cervezas buscan crear la combinación perfecta entre una cerveza y un laberinto colonial lleno de restaurantes, galerías, museos, hoteles y monumentos icónicos.

Como parte de ese compromiso local adoptaron a la Parroquia de San Miguel Arcángel como su símbolo y plasmaron el encanto de las calles enmarcadas por los coloridos guardapolvos de las casas en el diseño de sus botellas.

La cervecera Allende ya exporta sus productos a 8 estados de Estados Unidos, como Nueva York, Illinois, Washington, Massachusetts, así como a Bélgica y España, con miras a expandirse a más países y duplicar su producción durante este año, según comenta Rodrigo Moncada, ceo de la firma.

Actualmente elaboran 4 cervezas:

 

Golden Ale

Brown Ale

Agave Lager

IPA

En España sus cervezas están empezando a estar disponibles desde hace unos meses y están apostando fuerte por introducirse en nuestro mercado, conscientes de que aquí hay un gran potencial y una gran afición y curiosidad por la cerveza artesanal.

Además de estas cuatro cervezas también elaboran dos de temporada, una Witbier que elaboran en primavera y una Baltic Porter que elaboran en invierno, aunque estas últimas son de elaboración limitada y solo están disponibles en el mercado Mexicano.

 

 

Les invito, pues que si tienes la oportunidad, no dejes de probarlas y disfrutarlas.

¡¡Salud!!

 

Fuentes: eleconomista.com.mx y cerveceriaallende.es

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